El fujimorismo cree haber ganado con la renuncia del presidente Kuczynski
miércoles, 21 marzo, 2018
El fujimorismo cree haber ganado con la renuncia de PPK. No lo creo. Pierden porque el pueblo peruano ha visto, una vez mas, el retorno de prácticas fujimontesinistas, con cámaras camufladas y subrepticias, para tumbarse un gobierno que caía de maduro y que iba a terminar en el descalabro por los serios y complicados nexos del renunciante presidente con la corrupta Odebrecht.
Pierde el fujimorismo porque Moisés Mamani –quien no recuerda donde estudió- no es el único en estar detrás de las cámaras escondidas. Mamani fue solo un títere de las maniobras del fujimorismo y de Keiko para evidenciar la compra de votos y así evitar la vacancia del Kuczynski. Y Mamani se prestó al juego del “amigo bueno” para acercarse a quienes sí tenían hambre de captar más “avengers” e impedir la vacancia presidencial.
Y el fujimorismo no tiene porque haber ganado en esta lid, porque son un grupo de fujimoristas divididos quienes se ofrecieron de intermediaros para traficar influencias y generar una suerte de asociación ilícita para comprar votos a cambio de obras y proyectos de los que iban a “picar” millones. Sin desparpajo alguno se escuchó en los “Kenjivideos” que podían llevarse 5 “palos verdes”, sin mover un solo dedo.
Y esto también puede configurarse como negociación incompatible o aprovechamiento indebido del cargo, porque un funcionario público no puede ni interesarse, en provecho propio o de tercero, por algún contrato u operación en que interviene por razón de su cargo. Aquí quepan perfectamente Bienvenido Ramírez, Kenji Fujimori, Bocángel, Aragón, Borea, y hasta el mismo operador Bruno Giuffra.
¿Y Mamani? ¿Qué pasará con el congresista puneño? Ya sabemos, será blindado por el fujimorismo en el pleno del Congreso de la República, cuando hace tiempo debió haber sido desaforado por falsificar, presuntamente, certificados de estudio y mentir dónde estudio.
Como todos, hastiados estamos hasta el cansancio por la compra de votos, los actos de corrupción de todos los candidatos presidenciales que fueron financiados por Odebrecht y las prácticas fujimontesinistas que sin reparo alguno colocan una cámara en uno de los botones de la camisa para grabar, filmar y reglar opositores y fiscalizadores. No cabe duda, que los fujimoristas heredaron muy bien una de las habilidades que tenía el fujimontesinismo en la década de los 90.
Que se vayan todos. Sí, que se vayan todos. Que hayan nuevas elecciones, ojo, con mucho cuidado en este punto, porque el camino está allanado para que los mismos corruptos de siempre, aquellos que recibieron dineros sucios de Odebrecht, sean los únicos en postular a la presidencia y presentar candidatos al Congreso. Dios nos libre de estos condenados chupacabras.
Carlos Carrillo Berveño