«El bobalicón de Kuczynski no hace otra cosa que pensar cómo y cuándo libera al asesino masivo Alberto Fujimori»

 

El bobalicón de Kuczynski no hace otra cosa que pensar cómo y cuándo libera al asesino masivo Alberto Fujimori. Millones de peruanos sin casa, sin comida, sin agua potable, sin carreteras, sin internet, sin libros, sin escuela, sin hospitales, sin universidad, sin calefacción para el siguiente invierno, sin trabajo, sin beneficios laborales, sin seguridad, sin protección, y el bobalicón de Kuczynski no hace otra cosa que pensar cómo y cuándo libera al asesino masivo Alberto Fujimori.

Fujimori está mejor tratado que los niños del Pérez Araníbar, los viejitos del Canevaro, los pacientes del Hospital del Niño, vive mejor que los peruanos en la selva atacados por enfermedades tropicales, mejor que los peruanos en la puna que esperan el friaje para morir como moscas otra vez, mejor que las víctimas del terremoto de Pisco que años más tarde siguen durmiendo en carpas (gracias, Hernán Garrido Lecca), mejor que los chiquillos que arruinan su vida en minas furtivas y mueren sepultados en socavones, mejor que las criaturas que duermen al pie de los semáforos, mejor que los campesinos que venden toneladas por centavos, mejor que el noventa por ciento de los peruanos, en suma, pero el bobalicón de Kuczynski no hace otra cosa que pensar cómo y cuándo sacarlo de su cárcel dorada, porque el único peruano cuya condición conmueve a Kuczynski es el asesino masivo Alberto Fujimori.

A mí Kuczynski antes me producía arcadas, después lástima, no sé por qué. Ahora, otra vez arcadas. Creo que es un pobre diablo.

Por: Gustavo Faverón Patriau