Iván Pérez Ruibal, una larga ausencia

El 12 de julio de 1991, tres disparos retumbaron en los pasadizos de la Facultad de Economía, en la ciudad universitaria de Perayoq. Eran casi las cuatro de la tarde. Los estudiantes que se encontraban en las inmediaciones, huyeron despavoridos. Minutos después, el cuerpo del profesor Iván Pérez Ruibal empezaba a cubrirse con el frío de la muerte. Presuntos miembros de un comando de aniquilamiento de Sendero Luminoso habían acabado con la vida del joven profesional que, antes de su deceso, además de la docencia universitaria, desempeñaba funciones como regidor de la Municipalidad Provincial del Cusco, dirigente de la Federación Departamental de Trabajadores y también líder del comité regional del Partido Comunista Peruano.

Una persona íntegra, con ejemplar trayectoria a pesar de sus 33 años de edad, y con un futuro que le aguardaba para erigirlo como una figura política de primer nivel en el Cusco. El asesinato de Iván Pérez Ruibal significó un golpe muy fuerte para el proyecto político que entonces encarnaba Daniel Estrada, años después también fallecido a causa de una enfermedad. La propuesta socialista no pudo superar esas desapariciones. Verdad es que no hay gente imprescindible. Sin embargo, hay personas que son muy necesarias. Dos de ellas fueron Daniel Estrada e Iván Pérez Ruibal. Con su desaparición, se extinguieron también las voces, los discursos, los cimientos para la construcción de una sociedad más justa.

El próximo sábado, 12 de julio, se cumplirán 34 años del asesinato de Iván Pérez Ruibal Rodríguez. A quienes lo conocimos, a quienes compartimos con él sus luchas y sus proyectos, a quienes fuimos testigos de sus sueños y sus ideales, no nos queda sino rendirle el homenaje, en un silencio que debe contener todo el dolor por su temprana desaparición y al mismo tiempo la amarga frustración por no haber podido seguir su camino. FIN.