Dos años de Boluarte : Dictadura débil
lunes, 9 diciembre, 2024Las imágenes con las que desde Presidencia se “celebran” los dos años desde que se impuso este régimen lo dicen todo: DICTADURA. Dina Boluarte posa junto a quienes le ayudaron a imponer con bala y sangre un gobierno ilegítimo desde el primer minuto y que hoy siguen sosteniendo en el poder a todo ese Régimen del 23 que nos gobierna. Pero, ojo, en política las imágenes, los gestos y los símbolos nunca son casuales y encierran más de un mensaje. Sólo quien se siente débil necesita hacer una demostración gráfica de fortaleza. Estas fotos encierran entonces un doble mensaje: por un lado, el tipo de gobierno (dictadura), por otro, su debilidad.
Ayer, en el encuentro de peruanos que vivimos en Europa, junto con hermanos y hermanas que viven en Suiza, Francia, Dinamarca, España, Bélgica, etc. hablábamos de una doble maduración en estos dos años. Por un lado, ha madurado el Régimen del 23. De hecho, se ha consolidado como tal. No es sólo el gobierno ni el congreso, sino todos los poderes de forma férrea y constituyen así el Régimen del 23 que es una copia pero actualizada del Régimen del 93 (Fujimori). Ellos han madurado. Han “encontrado” la vía de sostenerse pese al amplio rechazo popular. Son conscientes de su despliegue de poderes pero también de sus limitaciones y por eso tienen que ser bestias a la hora de aprobar y sacar adelante todas las leyes y políticas que garanticen que aunque haya elecciones ellos nunca se vayan y sus privilegios se mantengan. No es el gobienro ni el congreso, es todo ese entramado que gobierna. La dictadura es multicéfala. Una hidra como decimos desde sus inicios. Pero la hidra, aunque madure, sigue preocupada porque no logra callar la resistencia.
Y ese es el otro proceso de maduración que hemos visto en estos dos años. El sujeto movilizado en Perú también ha madurado y en esa madurez se ha ensanchado. Hoy incluye a más actores que en 2023. Sostiene la fuerza y sistematiza la resistencia que aunque no logra su cometido, sigue siendo un problema y una amenaza para el Régimen del 23. Esa maduración es clave para entender cómo llegamos hasta aquí pero también para pensar en cómo salimos de la crisis. No basta con cambiar a la dictadora y a sus secuaces en el congreso. Necesitamos sacar al régimen entero. Necesitamos otras regulaciones de juego y garantizar una democracia distinta, no volver a la página anterior, es decir, a 2021. Necesitamos escribir otro pacto social que garantice que de verdad se vayan todos porque se debe ir “todo esto”.
Que la dictadora elija este posado y estas imágenes no es casual en este segundo año desde que se impuso su gobierno. No olvidemos que si bien la represión fue feroz desde el inicio, también había un cruce de mensajes distintos entre quienes apoyaban a Boluarte. Por un lado, la mano dura, por otro el discurso mentiroso de ella como “mal menor” y “sucesión legítima”. No olvidemos a esos cómplices que con ese segundo discurso intentaron lavarle la cara a un gobierno que siempre fue ilegítimo. Pero ahora ya ni siquiera se molestan en jugar al doble discurso y al policía bueno y policía malo. Ya no se ruborizan ni en sus políticas infames, sus leyes violentas y su propia simbología. La desfachatez es también el resultado de estos dos años en que han visto que no pueden ya tender la mano a nadie porque sólo el mismo sector que la puso es el que la apoya. El pueblo sólo la repudia. No hay nadie a quien convencer. Y por eso se arrinconan en la ultraderechización de todo. Las formas, los discursos y las imágenes que en política lo dicen todo.
Estas fotos son, por eso, una señal de debilidad. La dictadura no se siente segura. La hidra sangra. Sólo desde la absoluta debilidad necesitas hacer alarde de fuerza. Su desesperación es la victoria del Perú movilizado. Ahora toca seguir dando pasos adelante. Que no puedan dormir, pero que tampoco puedan seguir mandando. La dictadura no está tranquila. Estas fotos, como decía al inicio, lo demuestran. Tic tac…
Por. Laura Arroyo