Entre tus manos y las mías

Marilyn Cotrado es una menuda muchacha de ojos vivaces y mirada inteligente, sus estudios primarios y secundarios los culminó en la IE Alejandro Velasco Astete.  La conocí el año pasado durante un concierto de los Mojarras llevado a cabo en patio de la escuela de bellas artes, mientras ella vendía te piteado, luego la volví a encontrar en Trujillo a donde había llegado con motivo de una exposición itinerante llamada WILLASAYKI junto a otros compañeros de estudios liderados por el profesor Mario Curasi.

Hoy ya egresada lleva a cabo su exposición de grado en la capilla San Bernardo de la Casa de la Cultura en cuyas paredes cuelgan sus mejores cuadros y acaso también sus mejores vivencias. Hay cerca de una docena de oleos en donde ya se insinúa el fino trazo de una portentosa artista, quien a pesar de su edad tiene ya conceptos claros que denotan un refinado estilo que bordea el surrealismo, donde la actualidad de una sociedad decadente se insinúa sutilmente con escenas cotidianas.

La artista contándome el porqué del nombre de la exposición dice: “viendo a unos niños jugar con las manos surgió la idea de pintar temas relacionados a las manos además ya de por si las manos trasmiten muchas emociones y tienen mucha expresividad”…Efectivamente allí están “entre nos”, “pudriéndome”, “mi pasión”, “amor infinito”, “succionado”, “peligro” y otros tantos singulares nombres con que Marilyn ha bautizado a sus criaturas, más allá de los nombres de sus cuadros el sobrio manejo de la luz y el espacio brindan cierta calidez al espectador.

Acepta que su fuerte es el concepto más allá del color y la forma “me falta encontrar mis propios colores, mis propias pinceladas y aprender más de lo académico” me refiere y voltea hacia unos de sus cuadros predilectos, en la escena se aprecian unas manos que sostienen un niño recién nacido quien va a recibir el sacramento del bautizo y otras manos portan un ave (a la cual Marilyn le ha añadido plumas de verdad) que cual espíritu santo se posa sobre el bebé brotando de su pico agua bendita, el nombre de este cuadro se llama “puro” definitivamente no podía haber título más acertado.

 

Por: Armando Álvarez