«Resentidos, renegados y chauvinistas ignorantes».
domingo, 25 octubre, 2015Mientras los cusqueños emprendíamos una lucha, en defensa de nuestro patrimonio cultural, un ex director regional de Cultura del Cusco promovía el derogado Decreto Legislativo 1198, a través de su cuenta en la red social del facebook, y hacía campaña para tumbarse el paro regional de 48 horas decretado por la FDTC.
Me refiero a Juan Julio García, ex funcionario del ente cultural de la pasada gestión aprista. Él, si bien, tiene una posición en defensa del DL 1198, que promueve la participación privada en la gestión y administración del patrimonio cultural, esta difiere completamente de ese sentimiento popular cusqueño, de protección de lo nuestro, que demandó la derogatoria de esa norma. Respetable posición.
Para Juan Julio García, los tres mejores ejemplos de manejo de un sitio arqueológico en el Perú están vinculados al sector privado. Según una publicación que compartió, titulada Lima Milenaria: Por qué apoyar el polémico decreto 1198 y darle una oportunidad, La Señora de Cao (Fundación Wiese), Huaca del Sol y de la Luna (Fundación Backus) y Huaca Pucllana (Municipalidad de Miraflores-Restaurante La Huaca), son las mejores experiencias de manejo de un sitio arqueológico.
Parece que Juan Julio olvidó qué entidad pública gestiona y administra Machu Picchu. Por si es así, le recordamos que esa institución es el Ministerio de Cultura, la misma de la que formó parte y dirigió, creo que bien, la dirección desconcentrada de Cultura del Cusco durante buen tiempo en el gobierno de Alan García.
A mi juicio, la gestión de Machu Picchu es la mejor experiencia de manejo de un sitio arqueológico.
Pero allí no queda todo. Juan Julio sostiene que los cusqueños no debemos aferrarnos a “chauvinismos ignorantes”, en respuesta a un comentario de un ciudadano de nombre Ernest Fernandez.
“Entonces nos quedamos callados y que privaticen todos los grupos arqueológicos, museos, iglesias, etc. Para que vengan capitales privados, le hagan mantenimiento, le pongan las tarifas que deseen y nos den la entrada gratuita a los cusqueños”, comenta Fernández en la fotografía que publica Juan Julio con el título “No al Paro”.
En otra respuesta, Juan Julio habla de oponerse por oponer, dejando entrever que el rechazo cusqueño y la paralización de 48 horas fue una oposición por oposición al Decreto Legislativo.
Y hasta comparte fotografías de cómo quedó el centro histórico del Cusco, tras el paro de 48 horas, cuando, creo que todos los que vivimos en esta ciudad, sabemos que hay peores imágenes diarias de acumulación asquerosa de basura en calles diversas, gracias al desinterés y desidia del alcalde del Cusco.
Pero lo mas grave, a mi juicio, viene recién. Juan Julio tuvo la delicadeza de compartir un artículo del abogado Fausto Salinas Lovón, al término del exitoso paro regional.
Nuestro ex director de Cultura, que prefiere que los privados administren y gestionen nuestro patrimonio, comparte la idea siguiente: “No creo que el ocio ni la violencia, sean instrumentos de progreso”, en clara alusión al tiempo que supuestamente perdimos los cusqueños acatando el paro.
Mas adelante, Salinas pierde el control y arremete contra quienes participaron en el paro cusqueño. “Ver a dirigentes empresariales celebrar un paro donde ambulancias de turistas han sido interceptadas por turbas de resentidos, como no sucede ni en las guerras mas infames”.
“Ver a autoridades celebrando el éxito de un paro donde decenas de renegados han flagelado taxistas por haber osado salir a trabajar”.
Se le salió, no sé si «el indio», pero todo ello fue compartido por Juan Julio.
Con esta posición, es evidente que grande habría sido el obstáculo de la población, dirigencia y autoridades cusqueñas, para organizar el paro regional, de haber estado Juan Julio frente de la Dirección Desconcentrada de Cultura. Respetamos la posición que tiene Juan Julio, pero de allí a avalar adjetivos como renegados, resentidos e ignorantes, no los comparto.
Carlos Carrillo Berveño