Sulca, el apellido de la lana

domingo, 12 marzo, 2017

Sulca, el apellido de la lana

Hace ya dos décadas atrás la familia Sulca había venido a Cusco a una exposición en el hotel de turistas de Cusco desde la lejana comunidad de Atamparo ubicada en la provincia de Huamanga en la región Ayacucho. El matrimonio conformado por don Pedro Sulca Quispe y doña Cirila Saune Llactahuaman ambos artistas del tejido, fueron los padres del gran maestro nacional del arte Benigno Sulca quien a su vez es el patriarca de un linaje de tejedores cuyos hijos Walter, Edwin y Edgar, continúan esta milenaria técnica ancestral de tejer mantos con la misma maestría de nuestros ancestros desde hace miles de años.

Justamente Walter uno de los hermanos pasó muy temprano a recogerme de la plaza Nazarenas y llevarme en unos 20 minutos hasta la policroma comunidad de Huallarccocha que se ubica en la ruta entre Sacasayhuaman y Tambomachay ahí está ubicado el taller de esta familia de tejedores. Durante el camino Don Walter me cuenta que fue su esposa Elizabeth quien le aconseja de abrir una tienda donde puedan ellos mismo ofrecer sus productos y así se hizo, ahora orgulloso reconoce que fue lo mejor que pudo hacer. Buen anfitrión y hombre de pocas palabras me invita a pasar a su taller, una jauría de perros corre a darnos la bienvenida y alegres retozan alrededor de don Walter. En el amplio taller 3 muchachos están montados en unas máquinas artesanales de tejer oyen unas cumbias y parecen disfrutar su trabajo. Al centro sobre una pequeña mesa observo frutos de la Tara, Cochinilla, Sal, Limón, una raíz llamada Q’olle etc. Con los cuales se tiñen y fija el color de las fibras de alpaca y otros camélidos. Desde una esquina se oyen los cuyes y al otro extremo del taller 3 alpacas nos observan curiosas confiriéndole al ambiente un singular realismo.

Luego ingresamos a una tienda donde a puro pulso y sacrificio ha logrado ambientar una hermosa escenografía donde se exhibe los productos que llevan la marca SULCA “hemos con el tiempo diversificado nuestros productos ya que los gringos nos lo pedían” refiere don Walter con voz parsimoniosa, allí unas tejedoras seleccionan los hilos recién teñidos y los guardan en ovillos multicolores. Mi anfitrión me ha reservado para el final la visita a su museo donde además de originales mantos Paracas, Wari, Inca etc. Colgados de las paredes se exhiben finísimas réplicas de mantos pre incas e incas, además han hecho réplicas de primorosos kipus de todo tamaño y color.

Haciendo una pausa este diestro tejedor y gran emprendedor me cuenta que está haciendo un estudio de un antiguo y poco estudiado lenguaje llamado TOCAPU que según parece encierra en su simbolismo el “lenguaje secreto de los incas” y es que trabajando desde hace tanto tiempo con mantos y tejidos tiene la certeza de haber empezado a descifrar los mensajes ocultos en nuestros milenarios mantos. Me despido de mi amigo quien regresa a sus afanes diarios, sus sueños y proyectos. Mientras retorno y aprecio los frondosos bosques que circundan Sacsayhuaman compruebo que he aprendido a valorar más a nuestros artesanos quienes con tu talento y proverbial perseverancia vienen desde siempre, preservando mucho de nuestra sabiduría ancestral.

Por: Armando Álvarez

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