Nico Cotrina, la esencia del carbón

Con motivo de su reciente muestra individual y gracias a su gentil invitación asistí hace poco a la inauguración de una interesantísima exposición que se lleva a cabo en la sala de exposiciones del convento SAN FRANCISCO por el talentoso artista plástico Nico Cotrina, un tipo de estatura mediana con un look muy particular sus largas patillas le confieren un aire a lo Elvis Presley.

De raíces Cajamarquinas y Cusqueñas desde muy pequeño sintió la necesidad de bosquejar, dibujar y crear imágenes que fueron su lenguaje inicial y fue gracias a una tía que vio en el a los 17 años a un potencial artista. Me cuenta que su vena artística le viene de su abuelo paterno “el vino del norte a trabajar como restaurador en el templo de belén, era un tipo bastante carismático que dominaba la talla en madera, la música, la cocina etc. conoció a mi abuela y se quedó en Cusco” dice Nico con algo de orgullo.

Si hablamos de la pintura como defines tu arte le pregunto “lo que más he practicado es el dibujo y la pintura al óleo no me ubico en ninguna corriente plástica aunque mi trabajo según algunos está cerca del realismo por la temática social, pero también con matices de realismo mágico” acota que dada su recientes trabajo como restaurador que corta un poco su tiempo y sus deseos de crear obras hizo esta muestra para retomar su camino y encontrar dentro de sus símbolos la motivación del artista que siempre fue.

En esta exposición nos muestra ese lado de la ciudad poblada por aquellos personajes tan nuestros, tan comunes y a veces también tan ignorados allí están: “el guapo” un poblador venido de las alturas con un descomunal y hermoso chullo, al artista ha logrado trasmitir la esencia del personaje en una actitud presumida y elegante.

“La Cusqueñita violinista” donde una joven mujer vestida típicamente nos encandila con la música de su violín mágico, el “Altomisayoc” un personaje donde el artista ha plasmado el telúrico y místico carácter del individuo que otea un horizonte milenario y virtual, también destaca “cabecita hilos de plata” donde unas anciana de dulce rostro nos mira de reojo hay en su mirada el peso de los años y la sabiduría de un ser eterno.
Cuando le pregunto de cómo logra retratar con tanto realismo me dice “solo exagero las expresiones que yo deseo que ustedes vean”
Siendo un buen observador y por lo tanto un perfeccionista en los detalles Nico ha logrado convertirse en uno de los mejores retratistas de la ciudad y sobre todo ha logrado que su magia nos haga creer que sus personajes son rurales y todo lo contrario son tan urbanos y tan comunes de ver pero hay veces que parece ya no los vemos mientras transitan por una urbe cada vez más cosmopolita y menos autentica.

Por: Armando Alvarez