TAS dejo sin mundial a Paolo: Prueba antidopaje general y control de la cocaína a Rusia
lunes, 14 mayo, 2018Por: Jaime Antezana Rivera
Todo esta consumado. Paolo Guerrero, el capitan y baluarte de la selección nacional, no irá a la Copa Mundial Rusia 2018, de junio próximo. TAS amplio a 14 meses la sanción. Ese fallo lo lapido.
Ese fallo, que ya es la comidilla de los medios y las redes sociales, se relaciona a un tema de fondo: el consumo de sustancias sicoactivas prohibidas (drogas) en el fútbol, el deporte más popular del mundo.
Existe un caso paradigmatico: Armando Maradona, uno de los genios del fútbol argentino y mundial quien, según confeso en una entrevista, se «engancho» a las drogas. En otras palabras, fue un adicto.
No hay, ni por asomo, parangón entre Maradona y Guerrero. Maradoma era consumidor de cocaína y fue expulsado por un doping en el mundial de 1994. Guerrero dio positivo en un resultado analítico adverso en la prueba de dopaje.
Ahora bien, si el fútbol tiene que jugarse «limpio», es decir, sin ingerir, inyectarse o inhalar sustancias psicoactivas (efedrina, cocaína, etc.), la FIFA debe establecer la prueba antidoping general, universal.
Así, no habrá sentimientos de inequidad como hoy sienten los peruanos por el caso Guerrero. Esto por una razón a saber: el consumo de sustancias psicoactivas o drogas es, hoy en día, un deporte igualmente mundial.
Esto nos lleva a otro tema de colosal dimensión: el mundial de fútbol convierte a los países que son sede, cada cuatro años, del deporte «rey» en prácticamente un «fumadero» multietnico y multilinguistico planetario de drogas (heroína, cocaína, sinteticos, etc.).
Al respecto, sin embargo, nadie hace nada. Desde el año pasado, Rusia se ha estado -como popularmente se llama- «estoqueando» de drogas para los visitantes que llegaran a las diversas sedes del mundial. Y los controles para que ingresen son mínimos.
Hay, pues, un control extremo -como ilustra el caso de Guerrero- en los dopajes a los jugadores y nada, ni siquiera un cartel o spot, de la FIFA que indique que el fútbol no rima con el consumo de las drogas.
¿O son cuestiones que van por cuerdas separadas? Es momento de superar ese desencuentro. De lo contrario podremos estar asistiendo a la «audestrucción» masiva de jóvenes que asisten al mundial.