El día que perdimos la brújula

El 24 de marzo del año 2003, el exalcalde del Cusco en tres períodos y congresista de la República durante dos etapas legislativas, Daniel Estrada Pérez, cerró sus ojos para siempre.

El próximo lunes se cumplirán 22 años de la desaparición del qosqoruna, quien es reconocido como la mejor autoridad municipal que tuvo la Capital Histórica del Perú.
La muerte de Daniel Estrada significó, al mismo tiempo que su desaparición física, la liquidación de un proyecto político sustentado en el desarrollo con identidad y el progreso basado en la limpieza moral, la coherencia doctrinaria, la capacidad de gestión y sobre todo la transparencia.
En los casi nueve años que Daniel Estrada ejerció la alcaldía del Cusco, esta ciudad dio pasos agigantados hacia su crecimiento y su desarrollo. No solamente fueron obras de interés local como la construcción de pistas, puentes peatonales, restauración integral de barrios, puesta en valor de monumentos arqueológicos y dotación de servicios básicos permanentes, como el agua potable, sino, sobre todo, fue la reivindicación de un espíritu indoblegable y de una conciencia rescatada de los principios básicos del Imperio de los Inkas.
Daniel Estrada hizo que nos sintiéramos orgullosos de ser cusqueños y que no bajáramos la mirada ante nada ni ante nadie.
Pero llegó el infausto 24 de marzo del 2003, y allí se quebró ese vigoroso proyecto iniciado todavía el año de 1984, cuando el qosqoruna fue elegido por primera vez para la alcaldía del Cusco.
El día de la muerte de Daniel Estrada, el Cusco perdió la brújula, renunció a su futuro y quedó anclado en el silencio y en la oscuridad. Muerto Daniel Estrada, quienes asumieron la alcaldía del Cusco no hicieron absolutamente nada para conservar el brillo de la ciudad, para mantener su trascendencia y su belleza.
Con la muerte de Daniel Estrada, también murieron las esperanzas colectivas de arribar a un futuro mejor.
El próximo lunes, 24 de marzo, se cumplirán 22 años de la muerte de Daniel Estrada Pérez. Ese día será recordado también como la fecha en que los cusqueños nos quedamos sin luz y sin brújula. FIN.

Por. Alberto García Campana