La bravata del candidato de Acuña
martes, 14 enero, 2020
Cuando el Pueblo de MachuPicchu se levantó en contra de la empresa Perú Rail, en noviembre de 2016, la Cámara de Comercio del Cusco, por entonces a cargo del abogado Alí León Charca, salió en defensa de los intereses empresariales y turísticos, y literalmente se puso en contra de la población que exigía mejoras en el servicio del tren local en la ruta turística Ollantaytambo-MachuPicchu y viceversa.
En un pronunciamiento hecho público en la página oficial en Facebook de la Cámara de Comercio del Cusco, el día 25 de noviembre de ese año, la organización que agrupa a empresarios cusqueños se dio incluso el lujo de criticar las medidas de protesta contra PeruRail, convocadas por los dirigentes del pueblo de MachuPicchu, afirmando que hay (personas) que miran el futuro con la nuca.
“Impetramos a la inteligencia de los cusqueños, a fin de no dejarse sorprender por quienes miran el futuro con la nuca; rompamos con los atavismos vacíos de siempre, esos que nada bueno han aportado y concentrémonos en una sociedad próspera y solidaria, con oportunidades análogas para quienes desean y pueden emprender en el turismo u otra actividad…), se lee en el pronunciamiento.
¿Con la nuca?, ¿atavismos? ¿vacíos de siempre? ¿esos que nada bueno han aportado? ¿concentrémonos en una sociedad próspera? Envidiable realmente el vocabulario de algunos ex dirigentes de la Cámara de Comercio del Cusco, “esos” que en su soberbia se juran omnipotentes, y el pueblo que protesta “sencillamente les apesta”.
No olvidemos que esta clase de reacciones de empresarios que defienden intereses económicos, forma parte de la típica respuesta de quienes miran al pueblo por encima y son los mismos que suelen calificar de caviares, rojetes y terrucos, a quienes protestan en defensa del pueblo. Hasta creen que las acciones de fuerza son formas de comportamiento propias del pasado (atavismo).
Pero allí no queda todo. En lugar de exigirle a PeruRail la atención a las demandas del pueblo de MachuPicchu –que a propósito en todo el pronunciamiento ni mencionan la palabra PeruRail- la Cámara de Comercio del Cusco, dirigido por Alí León, salió a responsabilizar al Ejecutivo y asegurar que el gobierno es el llamado a intervenir y solucionar tan incómodo asunto.
En su afán proteccionista a los grandes intereses económicos, la Cámara de Comercio vuelve a dirigirse a los manifestantes, y no a PeruRail, y hace una invocación a la mesura y a exigir públicamente expresiones libres de apasionamientos, considerando que “el tiempo de tregua otorgado haya servido para reflexionar y superar cualquier dislate innecesario”.
¿Dislate innecesario? Una vez más, la Cámara de Comercio de la época de Alí León considera que no ha tenido razón ni sentido el paro del 48 horas de los días 15 y 16 de noviembre de 2016 contra PerúRail, cuando todos sabemos que han existido y existen múltiples razones para protestar contra una empresa acostumbrada a maltratar y pisotear los derechos del turista nacional, turista cusqueño y principalmente del pasajero local.
Las acciones de fuerza en MachuPicchu tampoco respondieron a un mero aspaviento, como dice el pronunciamiento, sino a la indignación de todo un pueblo que se encontraba y encuentra cansado con el servicio de una empresa oligopólica que solo tiene ojos para mirar sus objetivos económicos y no se fija en el bienestar de cusqueños y nacionales que merecen mejores condiciones para viajar a la Maravilla Mundial.
Y las agresiones de la Cámara de Comercio al pueblo que se declaró en huelga, continuaron. En otro párrafo del extenso pronunciamiento, la Cámara de Alí León, actualmente candidato al Congreso por el partido de César Acuña, sostiene que los agudos problemas en MachuPicchu no se resolverán con bravatas ni paralizaciones. Dícese de bravata a la amenaza proferida con arrogancia para intimidar a alguien.
Añade el documento público de la Cámara de Comercio que “vivimos en un Estado de Derecho y tanto las formas como la institucionalidad deben de respetarse, agotando las vías democráticas como requisito previo a las distenciones públicas”, en clara contradicción a la posición del pueblo, a quien pide respeto a las vías democráticas y fustiga su atrevimiento de haberse declarado en huelga. Lamentable realmente.
¿Cambio de discurso?
Resalta entonces nítidamente, del entonces presidente de la Cámara de Comercio del Cusco, Alí Léon, su férrea defensa en favor de las grandes empresas y grupos económicos. Ahora que es candidato por el partido de Alianza Para el Progreso del “inefable o inexplicable” César Acuña, ¿mantiene la misma posición? ¿Sigue pensando que quienes emprenden medidas de protesta miran con la nuca? ¿seguirá hablando de atavismos, dislates y bravatas? o ¿cambio de discurso?
No sabemos, esperamos tener la oportunidad de preguntarle. Lo poco que hemos escuchado de él, en esta campaña electoral, es que prefiere no hablar de las grandes empresas y grupos económicos que manejan el país, por el contrario se proclamó Marxista-Leninista y hasta mariateguista, pero postula en un partido de derecha donde hay “plata como cancha” y legisla en favor de grandes grupos económicos, aliándose con organizaciones políticas mafiosas, como ocurrió en el disuelto congreso fujiaprista. Mucho cuidado…