Mal precedente
viernes, 6 abril, 2018La policía ingresó esta mañana al campus universitario de San Marcos y desalojó a los estudiantes que habían decidido tomar las instalaciones de ese centro de estudios. Los líderes de la protesta estudiantil fueron detenidos y pende sobre ellos la amenaza de la expulsión. La vigente Ley Universitaria autoriza el ingreso de la policía a los locales universitarios, previa solicitud de las autoridades. En el caso de San Marcos, el rector pidió el desalojo de los estudiantes.
Esta acción sienta un mal precedente. De hoy en adelante, los estudiantes de cualquier universidad podrán ser retirados por la fuerza policial si es que así lo solicitan sus autoridades.
No es que tratemos de justificar la toma de locales ni la interrupción de clases. De ningún modo. Se trata de denunciar el fracaso de las otras formas de negociación, de advertir cómo es que el diálogo es menospreciado. Los estudiantes que asumen una medida de lucha, como por ejemplo la toma de locales, no actúan así porque quieren experimentar nuevas emociones, porque se les subió la bilirrubina, porque un día amanecieron con ganas de pelear con alguien o porque se cansaron de la rutina.
Toda protesta social tiene un origen y tiene un proceso de maduración. Primero es el fastidio, la molestia por algo que no está bien. Luego, ese fastidio se convierte en reclamo y ese reclamo sigue un curso. Primero se discute entre los estudiantes y si hay consenso se informa a la autoridad, y es la autoridad la que debe atender esas solicitudes. En el Perú nos hemos acostumbrado a dejar que las cosas sucedan. Como decía un expresidente, en el Perú los problemas se resuelven solos o no se resuelven. Y entonces, se deja que el malestar crezca.
Si en el inicio del malestar estudiantil se prestara atención a sus reclamos, seguramente no habría toma de locales ni interrupción de clases. Por eso, es fundamental el diálogo. La comunicación debe sustentar la convivencia armónica entre autoridades y estudiantes. Como dirían nuestras abuelas: más vale prevenir que lamentar. Los conflictos sociales hay que enfrentarlos apenas surgen, y no esperar que la policía intervenga.
Escribe: Alberto García