El soplón y los resurrectos

Atilio Mendigure ya está hablando como prefecto. O, en todo caso, está haciendo méritos para acelerar su designación como tal.
En la asamblea del SINDUC, ha denunciado que El PC Unidad y Patria Roja quieren tumbarse al gobierno democrático de míster Kuczynski.

Lo que ignora este aprendiz de soplón es que el gobierno de su amado octogenario no necesita que nadie conspire contra él. Ya está dejando de ser una sospecha, para convertirse en dramática realidad, que el régimen de PPK marcha al garete, sin rumbo, como si su lógica fuera dejar hacer, dejar pasar, o quizás, repetir lo que ya dijo un expresidente de muy triste recordación: en el Perú, los problemas se resuelven solos o no se resuelven.

Y mientras Mendigure blasfema, desde las oscuridades resurgen, cual émulos de Lázaro, las neuronas grises de MI UNSAAC que gobernaron la Casa Antoniana en años anteriores. Al comienzo, fue con sigilo, con cierta timidez. Hoy, los Ayma, los Aguilar, los Córdova, actúan sin remilgos, alzan la voz y se ponen a la cabeza del gremio docente. Y obran así porque saben que su discurso apunta a una sola conclusión: qué bien estuvimos cuando estuvimos tan mal con Aguilar y con Zecenarro.

El paraguas para esa resurrección es la penosa y lamentable gestión de las actuales autoridades. A ver, ¿cuántos funcionarios de gestiones anteriores han sido denunciados por los actuales mandamases, escudados en su gaseosa consigna de “lucha contra la corrupción”? Y mientras tanto, ya vamos por los 30 días de huelga indefinida. ¡Palmas, compañeros!

Fin de la conversación

Por: Alberto García Campana