¿Dónde está la ayuda?
lunes, 29 septiembre, 2014Juan Carlos es un niño de apenas 11 años de edad que sobrevivió de milagro a la tragedia de Misca-Paruro. Mientras dormía la tierra comenzó a temblar y la desventura se apoderaba de su centro poblado, en medio del pánico generalizado y la desesperación de quienes viven en esta humilde comunidad campesina.
El infante, con características físicas de tener menos años, abrazó a sus padres para huir de la tragedia. Aunque ellos no tenían la intención de salir de su hogar hecho con adobe y paja, un “sexto sentido” les forzó a salir del inmueble a fin de encontrar un sitio mas seguro.
Apenas terminaban de salir al patio de su humilde morada, el techo se desplomó y sepultó sus escasos bienes, quedando todos los integrantes de su familia sin hogar. Ese instante, el llanto se apoderó de Juan Carlos, sus padres y dos hermanos, quienes abrazados no cesaban de llorar tras ver su vivienda en escombros.
El pequeño Juan Carlos no durmió toda esa noche. Vio por primera vez llegar el día abrazado a su madre. Ayudó a sus padres a recuperar lo poco que podía rescatar, mientras oía sin cesar el llanto generalizado de toda la población de Misca que se encontraba en la calle.
Con los ojos hinchados y enrojecidos, Juan Carlos se atrevió a pronunciar en voz alta una frase que resonó en medio del dolor popular: ¿Dónde está la ayuda? En efecto, a esa hora no había llegado nada de ayuda humanitaria para la población damnificada. Solo algunos diagnosticadores observaban las viviendas colapsadas y recogían información.
La ayuda exclamada por Juan Carlos era, en realidad, el sentimiento generalizado de toda la población de Misca. Solo horas después llegaron autoridades regionales, de Defensa Civil y hasta el propio Presidente de la República Ollanta Humala Tasso, con alguna ayuda material para quienes lo perdieron todo.
¿Pero esa es la ayuda que Juan Carlos y la población de Misca esperaban? Claro que no. Lo que Juan Carlos, sus padres y damnificados de Misca esperan, es mucho más. En el rostro de los afectados se nota, evidentemente, que pretenden salir de la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo y la exclusión del gobierno central y autoridades regionales.
Es increíble que estando Misca a poco mas de una hora de la Ciudad Imperial y a minutos de la capital de la provincia de Paruro, esté sumida en el mas completo abandono y marginación, con evidentes niveles altos de desnutrición, pobreza y extrema pobreza.
Desgraciadamente, ha tenido que moverse la tierra para que el presidente Humala advierta que existe un pueblo sin saneamiento básico, sin luz, sin agua ni desagüe, sin proyectos de desarrollo social ni obras que permitan elevar la calidad de vida de sus habitantes, así como ocurre con la mayorías de comunidades de esta provincia.
Señor Humala, ¿Dónde está la ayuda? Pero sabe qué, no quisiera que tome textualmente el pedido de Juan Carlos, sino que en verdad ayude a este pueblo con la ejecución de proyectos sociales que permitan mejorar el índice de desarrollo humano de Misca y otras comunidades sumidas en similares condiciones económicas y sociales.
Señor Humala, siento pena y vergüenza cuando usted se aparece en Paruro con algunas carpitas y alimentos para los damnificados. Haga mucho más y creo que sí puede hacerlo. Apueste e Invierta más en estas comunidades, no siga siendo cómplice de la exclusión social en la que viven miles de familias de esta provincia.
No creo que haya olvidado que esta población le dio su respaldo casi unánime para que sea ungido presidente de la república. Sin embargo usted prefiere seguir pagando millones a medios de comunicación limeños que abiertamente le dieron la espalda cuando usted buscaba llegar al sillón presidencial.
Tampoco es justo que la provincia de Paruro cuente apenas con un presupuesto anual de 7 millones de nuevos soles, cuando existen distritos como Echarate en La Convención que goza de una asignación presupuestal anual de 930 millones de nuevos soles, como ocurrió el 2013 con su presupuesto modificado.
Sé que sugiero con mi posición una redistribución (interna) del canon para eliminar estas brechas, pero creo que ha llegado el momento de que haga algo para darle mejores condiciones de vida a nuestros hermanos de Misca y otras comunidades campesinas del interior del país que viven en similares condiciones.
PD. En otra columna fijaré mi posición sobre el tema de la redistribución del canon
Carlos Carrillo Berveño