«El apellido Fujimori se ha convertido en un motivo de conflicto permanente para los peruanos»

jueves, 7 abril, 2016

«El apellido Fujimori se ha convertido en un motivo de conflicto permanente para los peruanos»

Elemento Disociador

La familia Fujimori es, desde hace mucho tiempo, un elemento de conflicto en la sociedad peruana. Desde que el encarcelado Alberto Fujimori dio el autogolpe en abril de 1992, la población nacional se polarizó, marcándose con claridad el terreno entre quienes apoyaban al dictador y quienes se oponían a su modo autoritario de ejercer el gobierno. Incluso, una vez caído el régimen corrupto y encarcelado Fujimori, numerosos ciudadanos asumieron la defensa del convicto, argumentando razones más de conveniencia personal que de interés nacional.

La posibilidad de indultar a Fujimori fortaleció esa división entre quienes consideran totalmente justificado su encarcelamiento y quienes reclaman para él clemencia. La postulación de la hija del reo a la presidencia de la República ha vuelto a abrir viejas heridas y a actualizar rechazos y adhesiones. Mientras por un lado hay quienes apoyan la candidatura de Keiko Fujimori, otros colectivos rechazan esa postulación y reclaman su retiro de la contienda.
El apellido Fujimori, entonces, se ha convertido en un elemento disociador, en un motivo de conflicto permanente para los peruanos, y es pertinente por eso reclamar un gesto de dignidad, si fuera posible, de quien ahora encarna la razón de una pugna constante: la familia Fujimori debería retirarse no solo del presente proceso electoral, sino de toda actividad política, y si fuera posible, debería abandonar el país, porque su sola presencia en nuestra patria provoca confrontaciones permanentes, haciendo cada vez más difícil y complicada la reconciliación nacional.

En libertad o entre rejas, Alberto Fujimori siempre va a ser un problema para el país; electa o no, Keiko Fujimori siempre va a mantener divididos a los peruanos. Y si se trata de buscar la concordia y la convivencia pacífica, no sería descabellado pedirle a la señora Keiko Fujimori que nos deje a los peruanos vivir en armonía. Con el apellido Fujimori en el escenario, toda posibilidad de concordia es nula.

Escribe: Alberto García Campana.

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